martes, 11 de diciembre de 2018

A vos te escribo:
hiciste lo que parecía justo
como hace la gente buena
que al final del camino 
encuentra el pasacalles negro
que dice error de juicio,
todo ha sido en vano,
y en el mejor de los casos:
seguí participando.


jueves, 15 de noviembre de 2018

Conspiración

Los objetos traman contra mí,
mientras duermo cuchichean
y al darme vuelta se callan,
quieren ponerme a llorar.
No puedo usar tranquila mi perfume
ni mi pelo natural,
no se privan de carcajadas 
las paredes ni la cocina,
la cama, el cielorraso, cada esquina,
los libros,
el trapo con limpiavidrios...
Onomatopeyas y emoticones
se burlan de mí. 
Los recuerdos me dinamitan
desde la boca y por los túneles
porque este corazón roto
más que infarto es una mina
de palabras que significan
lo que sentí.

Raquel Nieto 

jueves, 8 de noviembre de 2018

Diagrama de flujo

Si aprendí de Job,
si medité en Jesús
          /p e r d ó n a l o s n o s a b e n...
si mi amor todolocree, cree
si mi amor todolosoporta, soporta
si mi amor todoloespera, espera
          /e s p e r a
          /e s p e r a
          /e s p e r a e n D i o s...
si mi amor todoloaguanta, AGUANTA.
Si el flujo llegó hasta acá
la perdonaré esta tarde
          /si no llueve.
Se perdona los jueves.
Se perdona a las diecinueve.
Raquel Nieto

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Palabras robadas

No tengo mucho de nada
pero lo poco que tengo es bien habido:
de la amistad sembrada
y regada, respetuosa;
del amor que me gané gota por gota
con paciencia, lealtad y sacrificio,
con pasión, Losacor y doce monos,
con fe, con triple cuerda,
con poesía.

Para encender mi luz
no apagué la de nadie,
del décimo mandamiento
no codicié ninguna vaca...
                 •••
Ni escribí mi romance
con palabras robadas.

Raquel Nieto

miércoles, 31 de octubre de 2018

Déja vu

El vacío y yo nos conocemos
desde que bajaste la escalera,
desde la confesión de parte
conque se inició tu ausencia.
El silencio heló mis venas 
y el corazón hasta volverlo piedra,
para hacerlo trizas con excusas
como un gong a los cristales de Bohemia.
Es un horror,
jamás encontraré mis pedazos.
¿Sabés cuánto me cuesta 
reconstruír la mirada,
la que tenía luciérnagas 
y se quedó sin lágrimas?
No hay forma de volver a las pérgolas,
las brujas,
o la farola de Costa Alta;
ni siquiera pagando el precio más caro.
Primero, lo que queda se llama vacío,
segundo, no se negocia con el vacío
y llamarle vacío al Señor Vacío
no es metáfora sino eufemismo...

Raquel Nieto

miércoles, 24 de octubre de 2018

Memorándum


Hoy se acuñaron monedas
con mi cara de Scarlett O'Hara
  /de setenta veces siete
/de marketing vida.
Y se abolió la lealtad
por su pinta de sobredosis 
/de low cost de madrugada
  /de anarquía.
Hoy nevó en plena primavera
y la ciudad no se enteró
/ni los ecologistas.

Raquel Nieto 

jueves, 18 de octubre de 2018

Freelance

¿Por cuánto se vende al amor de tu vida?
Punto.

Ese es todo el poema.
¿O es obligatorio agregar versos para estúpidos?
Wikiversos.
Eso.

Barato se compra en Arroyito.
Todo estaría en el precio.

martes, 16 de octubre de 2018

Nudo

Las palabras en fila india
suben hasta la garganta
y se amontonan en el nudo
que a modo de horca
el doce de octubre
me ató tu voz.

Raquel Nieto 

Qué importa

¿Cuándo se murió mi jazmín?
¿Qué día cayó la última hoja?
Tal vez empezó a morir hace dos meses
cuando se llenó de hormigas negras,
la primer mordida,
el primer veneno,
la primer batalla perdida.
Nada muere en un instante
todo agoniza un poco
y sigue vivo otro poco
después de la hora de la muerte.
Y "la hora de la muerte"...
¡qué obsesión con anotar la hora exacta!
El médico siente que no hay latidos
y es casi automático: mira el reloj,
murmura 'hora de la muerte'
y anota cero cuarenta y tres de modo arbitrario
¿acaso estaba más vivo a las cero treinta y seis?
¿más vivo que mi jazmín verde
pero con hormigas negras
devorándolo?

© Raquel Nieto

sábado, 13 de octubre de 2018

Mute

Desde ayer hasta hoy pasaron años,
ya no recuerdo la última palabra
del discurso de la poesía.
Definitivamente fue otra vida.
Pude meter los dedos en la licuadora
para tranquilidad de la infamia:
un licuado exquisito de páginas en blanco
pero la poesía jamás
se dejaría reprogramar el parto.
Llovió irreversibilidad,
llovió una tormenta de arena.
Pude hacerme una playa
o un desierto
pero la poesía siempre fue un reloj
y aposté todo a la espera.
Definitivamente lo mío no son las apuestas.

Raquel Nieto

jueves, 1 de marzo de 2018

El tesoro

Cuando tenía once años, como ahora tiene mi hija, estaba visitando a mis abuelos que vivían en un pueblo que parecía de dos siglos atrás porque no había luz eléctrica, así que nadie miraba televisión, directamente no tenían televisores, ni computadoras, ni tablets, ni celulares porque tampoco existían... así que la gente cuando terminaba de trabajar se juntaba a contar historias.

Esa tarde habían venido a la casa de los abuelos varios vecinos, tomaban mates, comían bizcochos y se reían. Cuando se puso oscuro prendieron un farol que iluminaba pero también agrandaba las sombras. Afuera los grillos, tal vez también reunidos entre vecinos estarían contando historias de grillos porque se escuchaba que hablaban cri cri cri cri sin parar.

De pronto mi abuelo mencionó: "el tesoro que todos conocemos volvió a brillar". Yo que miraba por la ventana me di vuelta y le clavé los ojos para averiguar si había entendido bien. Todo se volvió suspenso. Hasta los grillos se callaron.

- ¿Hay un tesoro por aquí abuelo?

- Sí, algunas noches brilla una luz en casas abandonadas -respondió mi abuelo pausadamente mientras yo lo miraba con ojos de búho y boca abierta de grillo sorprendido.

- ¿Y qué hay adentro de los tesoros?

- Son tesoros de esmeraldas y libras esterlinas -respondió Chichina, la vecina que vivía al otro lado de la plaza.

- Los que lograron abrir un tesoro encontraron monedas de plata -agregó don Victor Moreno.

- ¿Y cuándo podría empezar a cavar para buscar un tesoro para mí?

- No m'hijita -respondió mi abuelo Saúl-, son tesoros protegidos, no hay que sacarlos. Yo sé dónde están pero ahí se tienen que quedar porque ese dinero tenía dueños que se murieron en la guerra o de alguna enfermedad. Tu tesoro no tiene que ser el que otros escondieron, cada cual tiene que hacer su propio tesoro con trabajo, con esfuerzo y con amor.

Esa noche me fui a dormir con la duda de si esos tesoros existirían o no, si en realidad alguien habría encontrado un tesoro lleno de monedas de plata y esmeraldas, si yo alguna vez tendría un tesoro...

A la mañana siguiente no me había olvidado de los tesoros, pero pensé que quizás era solo un cuento de los que se cuentan a la luz de un sol de noche. Pensando estaba en esto cuando apareció Chichina, me dio algo chiquito en la mano, me dijo "Guárdalo niña" y se fue, como si nunca hubiera venido. Cuando abrí la mano tenía una piedrita verde, nadie jamás me sacaría de la mente que esa era una esmeralda.

Ahora que han pasado más de treinta años sé que los tesoros sí existen, que se llama luminiscencia lo que sucede cuando un gas sale de la plata enterrada y brota a la superficie, que muchos descubrieron tesoros y sí encontraron libras esterlinas y esmeraldas, y que mi abuelo tenía razón: el verdadero tesoro es haber escuchado historias en rueda de amigos a la luz de un farol, haber jugado, haber crecido rodeada de amor, haber aprendido que los sueños se logran trabajando por ellos.

Raquel Nieto
Rosario, 1 de marzo de 2018

domingo, 25 de febrero de 2018

Caleidoscopio

Tu mirada tiene láminas de mica
y perlas y polvo de estrellas;
la pasión y un sombrero mexicano
la historia y la huella de un vaso,
todo es redondo y destella.

La noche también es redonda
entre oscuridad y sahumerios;
huele a uvas que se enamoran,
a velas que confiesan fuegos...
y a lágrimas delatoras
del cristal de tus ojos bohemios.

Nada fue igual con la lluvia,
nunca es igual cuando llueve.
Las gotas eran opalinas...
tal vez una torva de frescura,
quizás remolinos de locura
me empapaban de garúa en esa esquina.

Y los besos, también usura,
eran rondas de despedida,
poesía desprendida de una nube
vaciándome sobre la boca
el giro de una súbita centella
y todas las maravillas
fugaces de una noche loca.

Raquel Nieto, 24/02/2018

viernes, 2 de febrero de 2018

Mucho es poco

Insistías en que yo no te amaba
ni aprobaba con el mínimo aceptable,
así te condenaste a enamorarme
y lo mejor que hiciste fue lograrlo.

No pongas esa cara. ¿Según vos
lo mejor fue la primera vez?
¿Encontrarme en inocente (como quien dice en bruto) y facetarme?

Lo mejor que me hiciste fue enamorarme.
Lo más lindo fue enamorarme y aprender el idioma de tu cara... como ahora que pensás "Está loca".

Quisiera que produzcas amor para mí,
que tengas toneladas de amor para que me peses,
que seas dueño de una fortuna de amor para que si a mí me queda poco tengas suficiente para llenarme de nuevo,
y hacerme más sumisa y más dulce
y más maldita que nunca.

Yo no creo que amarme jamás sea demasiado.

Raquel Nieto
16-jun-2018

jueves, 25 de enero de 2018

Poemaves

Son palabras de amor y por lo tanto
tienen forma cien por ciento aerodinámica.
Eventualmente...
se las va a llevar el viento
pero mientras, llegan puntuales
a la siesta de mis defensas,
con rimas que saben mis preguntas
y asonancias que improvisan mi respuesta;
versos con sueño y yo despierta,
bien pudieran ser el plano,
mi secreta arquitectura,
bien pudieran ser perfume,
mí perfume
destilando una metáfora.
Son palabras de amor y por lo tanto
se las va a llevar el viento
pero el acróstico tiene mi nombre,
habla de mí, no voy a olvidarlo,
y esa... 
          /esa es la llave.

Raquel Nieto