domingo, 25 de febrero de 2018

Caleidoscopio

Tu mirada tiene láminas de mica
y perlas y polvo de estrellas;
la pasión y un sombrero mexicano
la historia y la huella de un vaso,
todo es redondo y destella.

La noche también es redonda
entre oscuridad y sahumerios;
huele a uvas que se enamoran,
a velas que confiesan fuegos...
y a lágrimas delatoras
del cristal de tus ojos bohemios.

Nada fue igual con la lluvia,
nunca es igual cuando llueve.
Las gotas eran opalinas...
tal vez una torva de frescura,
quizás remolinos de locura
me empapaban de garúa en esa esquina.

Y los besos, también usura,
eran rondas de despedida,
poesía desprendida de una nube
vaciándome sobre la boca
el giro de una súbita centella
y todas las maravillas
fugaces de una noche loca.

Raquel Nieto, 24/02/2018