El vacío y yo nos conocemos
desde que bajaste la escalera,
desde la confesión de parte
conque se inició tu ausencia.
desde que bajaste la escalera,
desde la confesión de parte
conque se inició tu ausencia.
El silencio heló mis venas
y el corazón hasta volverlo piedra,
para hacerlo trizas con excusas
como un gong a los cristales de Bohemia.
y el corazón hasta volverlo piedra,
para hacerlo trizas con excusas
como un gong a los cristales de Bohemia.
Es un horror,
jamás encontraré mis pedazos.
jamás encontraré mis pedazos.
¿Sabés cuánto me cuesta
reconstruír la mirada,
la que tenía luciérnagas
y se quedó sin lágrimas?
No hay forma de volver a las pérgolas,
las brujas,
o la farola de Costa Alta;
ni siquiera pagando el precio más caro.
Primero, lo que queda se llama vacío,
segundo, no se negocia con el vacío
y llamarle vacío al Señor Vacío
no es metáfora sino eufemismo...
segundo, no se negocia con el vacío
y llamarle vacío al Señor Vacío
no es metáfora sino eufemismo...
Raquel Nieto