martes, 31 de marzo de 2009

Lágrimas


Detrás de la niebla
imperceptible tu mirada
derrama una lágrima acrílica
sobre mis flores de plástico.

Y yo que las creía vivas
ahora comprendo,
no crecerán.

Detrás de la distancia
mis ojos pintados de arco iris
gotean una lágrima de rímel
que rueda en la mejilla.

Y tus pulgares mágicos,
ahora comprendo,
no la enjugarán...

domingo, 29 de marzo de 2009

Etna


¿Cuánto tiempo estará dormido
bajo mi corteza el fuego
vestido de plumas calientes,
collar de llamas?
¿Cuánto tiempo estaré segura
de que no hay grietas
y no es peligroso
caminar descalza?
¿Cuántas veces volveré a sentir
que soy sensual paroxismo,
humo y cenizas,
piedras y lava?

Quizás tardé en comprender
el rojo secreto del manto,
que la vida renace fértil,
verde como antes.
Tal vez volví a ser
erupción inalcanzable,
pared de hielo, fuego latente,
mujer dormida, recóndita fragua.


Rosario, 6-feb-2007

domingo, 22 de marzo de 2009

Inexorablemente

No soy la de la foto
ni siquiera la del espejo
ni la del recuerdo.

Yo soy mortal,
ansiosa y húmeda,
un oxímoron...
de simple complejidad.

Cada fase de luna,
a veces todo,
a veces nada.

Cada duelo sin epitafio,
cada lágrima,
cada derrota sin bandera,
cada intento,
cada debe y haber sin balancear.

La leyenda de lo mínimo y lo extremo,
en proporción a la oscuridad
de lo que todavía espero.

La abstracción de lo que siento,
no-acá,
no-allá,
mucho más allá
y la ambigüedad.

La profecía de amor,
designio de amor,
castigo de amor,
amor y melancolía.

Pasión de amor,
sonrisa llanto,
amor amor,
que cumplo inexorablemente
cada 22 de marzo.


Al cumplir 38 años.
Domingo 22 de marzo de 2009.

jueves, 19 de marzo de 2009

Mujer de marzo



Soy la necesidad de abrir la puerta,
de respirar aire de afuera,
de volar en globo aerostático.
Y de un corazón que pueda contener
lo que le puedo dar,
y de un abrazo de veinte segundos.
La necesidad de una señal
unívoca,
inequívoca besando mis labios.
De un asterisco rojo y un te amo
que me haga vulnerable.
La necesidad de una palabra,
la primera del día
que no abdique en mi memoria.
Y de un sueño que sueñe conmigo
y cuando despierte me busque.
Soy la sonrisa que no espera,
la sorpresa que no espera,
la poesía que no espera.
Y una larga caminata en hojas secas
y la contracción de mi nombre
sobre una esfera china.
Mi burbuja de aire puro,
las alas de mis refugiados,
mi motor fuera del pecho,
mi dualidad.
Soy Mamá (y es mi título de nobleza),
el inagotable suministro de besos
que curan todas las caídas
y secan todas las lágrimas.
La sinapsis ingenua 
que vive en un contexto frágil,
la mirada de otoño, mis hojas doradas,
irreverente equinoccio, mujer de marzo.

Raquel Nieto 

Al cumplir 37 años.
Sábado 22 de marzo de 2008.