Alguien a quien amo
cuya opinión profundamente respeto
dijo un día "esta chica es un ángel"
antes de siquiera conocerme
porque después se dio cuenta de su error
o de mi peligrosidad
y acuñó una fe de erratas
de las que no admite un ser racional:
"tenés un ángel aparte"...
Desde entonces me cuida,
si voy al precipicio me ata
con sogas de pasión
o me cose alas
y llena mis agujeros
con carne de su propio corazón
por si el mío falla.
Raquel Nieto