
me
viste...
amaneció
en los cristales
de
tu ventana
y
yo caminaba tranquila
sabía
que me mirabas...
me
viste...
entre pretiles
y gárgolas;
y
yo levanté la vista
por
si tu luz asomabas...
me
viste...
y
lloviznó en tu ventana
por
las ataduras invisibles
por
lo inexplicable
de
amar a esta dama...
y
yo caminé tranquila
con
una sonrisa en el alma
si
casi pude tocarte
detrás
de esos ojos llorosos
detrás
de la ventana...
*
Es la historia de una muchacha que se enamoró de un hombre que no
podía salir de su casa. Ella no sabía por qué él, aunque la quería y la miraba, no corría a abrazarla... y una mañana, se
paró en la esquina, levantó los ojos y él estaba allí como
siempre, detrás de la ventana, y lo esperó, hasta que anocheció...
y se fue, caminando tranquila, con una sonrisa por haberlo intentado,
y de sus ojos rodando una lágrima.