martes, 26 de febrero de 2013

En monopatín

Como si no fueran suficientes
ocho horas de oficina
los viernes la sigo en el super
porque no hay nada en la heladera
porque los viernes me hacen descuento
porque me gusta.
Admito,
me subo al carrito
y me impulso entre las góndolas
como si fuera Venecia
y yo una niña
para nada aburrida.

Me siento única entre la gente
que compara tamaños
y se queja del precio,
del aire acondicionado,
de la cajera lenta de la caja lenta
y la tarjeta con fondo insuficiente.
Mientras yo
pensando en vos en mi monopatín
elijo zapallitos,
choclos, tomates, berenjenas,
pepinos, champignones, rabanitos,
para nada inocente.