(les ofrecí zapallitos y nada)
se quedaron estáticas
hibernando en tiempo y forma.
Verifiqué los colores del invierno
y nada que objetar
cielo despejado
azul reglamentario.
Como si nada hubiera pasado.
Como si todo fuese perfecto
incluso el fútbol
y estas náuseas no significaran nada.
La nada.
Y la necesidad de un beso cartesiano.
Doble o nada.