viernes, 28 de mayo de 2010

Día 1: Palabras

Estoy escribiendo.
(señal de que estoy muy bien
o muy mal)

Estoy.
(sin adverbios de modo)

Ahora
(recién ahora)
descubro que cada capítulo
estrenando el día justo después
de que sonara el despertador
(o antes
porque a veces controlabas mi sueño),
era el capítulo que habías escrito
la noche anterior.

Por eso me pedías que fuese paciente,
que no me adelantara,
que leyera despacio el guión.

Y no te hice caso.
(nunca te hago caso)

Tu libro cabía en mis manos,
la curiosidad amenazaba debajo de mis uñas,
los ojos se me hicieron audacia
y robándote de las manos mi propia vida
(a mitad de la trama)
leí el final.

Estoy escribiendo.
(señal de que estoy)

Escribo palabras solubles en suero
para seguir viva,
palabras finitas que goteen
y pasen por la vía
y adulteren el silencio en mis venas
y las excusas
y los tajazos del orgullo
y el adiós.

Palabras intravenosas
para seguir estando
(sin adverbios)
y morir con dignidad
después del último renglón.