jueves, 15 de noviembre de 2018

Conspiración

Los objetos traman contra mí,
mientras duermo cuchichean
y al darme vuelta se callan,
quieren ponerme a llorar.
No puedo usar tranquila mi perfume
ni mi pelo natural,
no se privan de carcajadas 
las paredes ni la cocina,
la cama, el cielorraso, cada esquina,
los libros,
el trapo con limpiavidrios...
Onomatopeyas y emoticones
se burlan de mí. 
Los recuerdos me dinamitan
desde la boca y por los túneles
porque este corazón roto
más que infarto es una mina
de palabras que significan
lo que sentí.

Raquel Nieto