En el hemisferio sur ya es verano
así que se inaugura la apestosa
temporada de saludos, balances...
y el aire a veinticuatro grados.
En cambio el hemisferio norte
redefine el amor, le agrega significantes
que se acomodan en góndolas
y se codifican con barras.
Y acá
compran, compro, compramos
en cómodas doce cuotas
de happy hours de plástico.
Sólo vos me conjugás a mí,
me sonreís descaradamente,
me anochecés,
me atás a la locura,
a columnas de luz en cuevas oscuras
donde no hay horas ni lunas,
donde siquiera se atrevan (?)
a colarse por grietas las musas.
Raquel Nieto, 24-dic-2016